Y es así como la casa desde su beneficio principal como hogar es el albergar el ensueño, la casa protege al soñador. Por lo tanto la casa nos permite soñar en paz.
La casa se divide en pensamiento, recuerdos y sueños unidos por el ensueño. La casa está llena de imágenes que remiten recuerdos, pensamientos espontáneos y ensueños que de una u otra forma reflejan nuestros más íntimos deseos.
Así es que la vida empieza encerrada, protegida, tibia en el regazo de una casa. Nuestra casa es la primera que nos ve nacer y crecer, es una especie de refugio en donde nos sentimos a salvo. Casi una comparación con los nidos de los pájaros.